31 jul 2011

Algo de práctica de japonés.

Todas las semanas estoy estudiando algo de japonés con mi maestra Hiroko.
Esta semana, como parte de mi tarea, he de practicar los gerundios, realizando una presentación de mi persona. Aquí va.

私の名前はフェルナンドです。
31歳です。
今、サルティージョに住んでいます。
ジュスティアで働いています。
毎日、弁護士のホームページを作っています。
時々、漫画とアニメを見ます。
地図がとても好きです。
どうぞよろしくお願いします。

Tu tarea es ir a Google Translate y averiguar qué dije.

27 jul 2011

Les cuento.

Pic not related.

Mis papás se fueron anoche a Guadalajara. Iban contentos. Me gusta pensar que cada vez se acostumbran más a la idea de que soy una persona independiente; en esta visita ciertamente eso sentí. Aún así, nunca dejan de ser padres: nos regalaron una licuadora y su afecto codificado en respeto.

Mi equipo de trabajo sigue creciendo. Aún tenemos una vacante. Me asombra que no haya muchos más candidatos que quieran especializarse en CSS y tengan buen nivel de inglés...

Con todo, hoy fue un día agotador. Hiroko también estaba anímicamente agotada cuando llegué de trabajar. No quiero contar qué le pasó, pero ciertamente la vida no siempre es justa.

Pero mañana... mañana volverá a salir el sol.

Además, ya casi es quincena, yay!

23 jul 2011

Llegaron mis papás

Llegaron mis papás a Saltillo el viernes a las 3 de la mañana. Esa noche cenamos en el restaurante del Eurotel.

Hoy fuimos un ratito a Parras, usando un carro rentado. Les gustó mucho la visita a la Casa Madero. De regreso, comimos en Las Brazas (sí, con "z"... Saltillo tiene algo por los restaurantes con faltas de ortografía). Luego fuimos unos momentos al centro para que pudieran comprar chucherías.

Hiroko y yo estamo contentos de recibir a mis papás.

18 jul 2011

Qué más ha pasado.

Ha pasado mucho tiempo, así que procedo a relatar de manera breve algunas otras cosas interesantes me han pasado y de las que he aprendido en lo que va del 2011.


Me tocó recibir el Año Nuevo con mis suegros. El último día antes de regresar a México pude conocer también a mi cuñada.

Tuvimos varias comidas en mi trabajo, Justia. Salieron algunas personas y entraron muchas otras más. (Seguimos contratando, por cierto.)

Mi amigo Ángel prepara cada vez mejor café. 

Para mi cumpleaños, en febrero, Hiroko y yo fuimos unos días a la Ciudad de México. Conocí, entre otros lugares, Coyoacán, algo de CU, Polanco, el Café de Tacuba y dónde bailar buena salsa. 

En ese viaje, también vimos al Ballet Folklórico de Amalia Hernández en Bellas Artes y tomamos buen café en El Jarocho. 

Aprendimos que el Barrio Chino de la Cd. de México está a una cuadra de la Alameda.

En mi cumpleaños, en Justia, me dieron un pastelazo. Un tiempo después, yo di un pastelazo. Hay equilibrio en el karma.


Hemos comido y bebido muy rico.

Compramos un asador. Nomás comenzó a hacer un clima decente, me dio por hacer carne asada. "Pareces oyichan (viejo) japonés", me dice mi novia ante esta pose.

Conocimos Santiago, N. L. Es un pueblo-suburbio enclavado en la sierra, al sur de Monterrey. Aprendí que el kayak en un lago se disfruta, pero también se sufre - sobre todo si el viento en contra es  constante, y si olvidaste llevar traje de baño o cosa similar.

Cada vez conocemos mejor la Zona Metropolitana de Monterrey y sus muchos museos y centros comerciales. El Café Punta del Cielo es bueno, pero no vuelvo a pedir un espresso frío sin azúcar. 

Cuando fuimos a conocer uno de los centros comerciales posh de San Pedro Garza García... que se quedan sin luz. Ja.

Fui un par de veces a Silicon Valley.  En ambas visitas terminé yendo a San Francisco también. En ambas visitas terminé pensado: qué ganas de vivir aquí, carajo. En la segunda visita me tocó ser guía de turistas y navegar sin GPS.

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No tengo foto de esto, pero... compramos boletos para ir a ver a Los Amigos Invisibles. El día que se presentaron, los narcos hicieron un caos en la ciudad. Con la psicosis desatada, preferimos quedarnos en casita. (Fuera de este incidente, no ha habido trazas de violencia generalizada.)

Moras silvestres. Oh, gloriosas moras silvestres. Con la pizca de un par de días tuvimos jalea para un mes.


También regresé a mi tierra, de entrada por salida, en Abril. La visita fue agradable, pero siempre muy rápida. De regreso traje más ropa para Hiroko. Me dio tristeza ver que algunas construcciones aún no se recuperaban del terremoto de este año, pero también me gustó ver que también hubo quienes aprovecharon para darle una remozadita a las fachadas. Vi varios negocios nuevos y me llevaron a comer "sushibolas". (En la foto, mis papás, cuando fuimos a comer a El Rincón Azteca, en Plaza Fiesta.)

Vinieron Satomi y Minori, las dos mejores amigas de Hiroko, y fui felizmente guía de turistas para ellas. Aprendí que en Monterrey no hay que fiarse del tráfico, o puede que termines en algún lugar a donde no querías ir. En la foto, las tres japonesas posan con el mariachi que tocaba en el restaurante Los Generales de Guadalupe.

También conocimos Parras - es encantador para un día de paseo relajado. Esto es en la planta vinícola Casa Madero.

Ya aquí en Saltillo, me tocó ir a una corrida de toros. No era mi primera vez, pero no es común que vaya. La faena y el folclor fueron muy bonitos... todo excepto la muerte del toro. Y ahí recordé por qué no suelo ir a las corridas de toros. 

Hiroko acaba de asistir a un congreso de bailes latinos aquí en Saltillo. Yo entré también a una clase, específicamente, de salsa en pareja para principiantes. Confieso que lo disfruté.


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Ahora, en julio de nuevo, el clima se pone nubladito y con lluvias. Mi mente relaciona esto con mis vacaciones infantiles en Guadalajara, así que me pone de buenas.  Acabamos de comprar una cama; esto es bueno porque el colchón que había estaba en horribles condiciones y además era muy estrecho. Y por último, mis papás nos visitan este fin de semana.

Así pues, todo va viento en popa. Muchas otras cosas hicimos, pero se escribieron éstas para que el mundo crea que estamos bien y contentos.

    10 jul 2011

    Conociendo la ciudad de Okayama


    Con el año nuevo ya encima y las temperaturas poco benevolentes, el siguiente día a nuestra llegada conocimos un poco de la ciudad de Okayama.


    Ningún día pude evitar, sin embargo, fotografíar los varios rincones (tan japoneses) de la casa de mis suegros.



    Es cierto: la policía en Japón tiene mascotas. La policía es una responsabilidad de la prefectura (el "estado") y no de la ciudad (el "municipio"); cada prefectura tiene, pues, su cuerpo de policía diferente - y cada uno de estos tiene su propia mascota. Aquí se alcanza a distinguir un poco la mascota de la policía de Okayama.


    Por el camino, varias construcciones, de lo tradicional (más a las afueras)...


    ...a los edificios del centro. Ciertamente que no son los rascacielos de Tokyo, pero aún así me pareció que, para la población de la prefectura, la cantidad de edificios denota el mayor desarrollo económico a comparación de muchas de las ciudades latinas con población comparable. 


    Una de las sedes del gobierno prefectural, con la bandera de la prefectura (morada) junto a la nacional. 


    Nos estacionamos aquí, en un estacionamiento público al que accedimos mediante un callejoncito. 
    Al estacionar Hiroko su carro, algún sensor se activó y un mecanismo atoró el carro en su lugar, de modo que actúa al mismo tiempo como protección contra robo y como garantía de pago.


    Nuestro primer destino estaba justo junto al estacionamiento. Entramos a una de las típicas calles comerciales cubiertas que pueden verse en ánimes; esta en particular se llama Oomote-cho.  


    No había muchos negocios abiertos, dada la proximidad de las festividades, pero algunos no cesaban operaciones.





    En este juego hay que tratar de hacer atinar un cilindro de metal dentro de unos hoyitos. No es tan sencillo como parece.




    Tiendas de otakus!


    Me quedé con ganas de estos...


    Esto es una tienda departamental llamada Tenmaya. Es similar en concepto a Mitsukoshi en Tokyo.



    Henos aquí recorriendo los pasillos del sótano de dicha tienda.




    Donas de mochi. Nos comimos un par.




    Los restaurantes y sus comidas estáticas en los aparadores.


    Esto es una tienda de dango; son unas bolitas de pescado relleno, acomodadas en forma de brocheta.




    La dona que compramos estaba congelada... hubo que esperar un poco a comerla (hacía frío).


    Hasta los autobuses son limpios, carajo, y llegan a su hora.



    Esta es otra cadena comercial, dedicada a "curiosidades". Vende muchas cosas útiles... y algunas no tan útiles.




    En Japón también hay Fantas.


     Seguimos recorriendo el centro de Okayama. 




    Un parquecito.


    Me agradó el diseño de este mapa de Japón.


    Esta es otra calle comercial, contigua al redondo edificio del Okayama Symphony Hall.



    Se iba haciendo de tarde y había que ir regresando.





    Pero teníamos hambre, así que pasamos por Chococro, un café que Hiroko me recomendó y que también es una cadena comercial.



    Buen café y pan calientito para el frío.





    Para cuando salimos, ya había anochecido, así que ya no salieron muy bien iluminadas estas estatuas alegóricas al cuento de Alicia en el País de las Maravillas.



    Más mapas.


    En el estacionamiento, un perro intentaba venderme cigarros.