2 nov 2006

I did it again, and I'm not proud.



Ayer lo volví a hacer.

Esta vez perdí las llaves y regresaron los flashbacks de mi niñez.

Lo peor es que fueron las llaves del carro, lo cual descubrí cuando me iba a comer, como a la 1 pm. Andaba desvelado y todo lo que quería era llegar a casa, comer rápido lo que hubiera y tratar de conseguir unos 15 o 20 minutos de sueño. Pues bien, se me frustró mi comida casera, puse a todo Ingenio sobre aviso y gracias al apoyo de ellos y de otros amigos como Mariela y la gente de Seguridad del CETYS, no sucumbí en la desesperación.

¿Ir a casa por la copia? Blagh... ¿para qué ir, hacer que mis papás se preocuparan / enojaran, si de todas formas no tenía yo un duplicado de las llaves? Eso fue lo que pensé desde el principio: tendría que arreglármelas por mi cuenta.

Las llaves no las encontraba en ningún lado: no se me cayeron del pantalón en ningún momento; no estaban, pues, tiradas en algún punto de mis recorridos. Inclusive pude checar las cintas de seguridad del CAT (el edificio en el que trabajo), gracias a Mariela. Ella misma me alertó de que posiblemente ciertos trabajadores pudieron haber tomado las llaves... eso como que me activó poquito y fui a indagar con ellos, pero nada. Al fin, terminé pidiéndole raite al centro comercial de enfrente (igual y ella iba a la Walmart) para comer algo, aunque ni hambre tenía. Había pasado ya una hora de caos interno.

Ese día le había dado raite a Hugo, nuestro socio / director. Cuando pude comunicarme con él, ya caminando de regreso al CETYS, ya se había enterado del incidente (antes ya se lo había comentado yo a Orlando, cuando fui a buscar entre mis cosas a la oficina) y me respondió con un "No, no sé dónde están tus llaves" U_U... Mi esperanza durante un buen rato había sido que tal vez él se habría acordado de lo que sucedió en el momento exacto en que nos bajamos del vehículo esa mañana. En efecto, las llaves las había bajado, pero no recordaba yo qué había hecho con ellas... y ciertamente no estaban en la bolsa de mi pantalón.

En esa llamada telefónica quedamos en que Kena tal vez podría prestarme su carro y así podría darle raite de regreso a Hugo, pasar yo por la casa y hacer una búsqueda desesperada, aunque seguramente infructuosa, de algún duplicado de las llaves - aunque eso no cancelaría el problema de quitarle la alarma al carro.

Ya de regreso, intenté inútilmente abrir mi carro con un gancho que me prestaron los de Seguridad para ver si de casualidad se me habían resbalado por dentro, de alguna manera bizarra - porque de hecho no se veían, pero si nadie las había reportado, no estaban tiradas y ya había pasado tanto tiempo... o estaban ahí, o alguien ya se las había llevado con malas intenciones (OH NOES!). Para esto, Rosa Isela ya había regresado de comer y durante un rato le estuvimos intentando. Ella también aprovechó para curársela del momento, utilizando mis traumas revelados en un post anterior... lamentablemente no funcionó para mí, me pregunto por qué XP...

Al final, los Ingeniosos salieron al rescate... y el carro abrió. Pero no estaban las llaves ahí. Fuimos al Centro de Idiomas Kena, Rosita y yo como último recurso, pero tampoco nadie había reportado nada perdido ahí. Estaba desolado y resignado. Eran como las 4:15.

Decidí, pues, ir por un cerrajero y ver de a cómo me iba a salir cambiar las chapas y, bueno, recuperar el control de mi automóvil de nuevo, de modo que regresamos al CETEA (aula que hace las veces de nuestra oficina). "¿Ya vaciaste tu portafolios?", me habían preguntado. Sí, ya lo había revisado dos veces, pero en eso caí en cuenta de que solo había buscado en la parte principal, no en la bolsa lateral. Era tan improbable ahí como en cualquier otro lado, así que nada perdía.

Eran como las 4:20 cuando sacaba de ese lugar las pinches llaves, cómo puede ser posible que ahí estuvieran todo este tiempo frente a la vista de todos mis socios. Era la única defensa posible ante un ego abatido por su propia ineptitud.

Pero tengo mis llaves de vuelta. Y en ese preciso momento, Rosita y yo fuimos con el cerrajero más cercano y ahora sí tengo un duplicado en la casa.

Por supuesto que no les dije nada a mis papás, aunque sí les mostré el duplicado y le pregunté a mi padre cómo podríamos "duplicar" el control de la alarma.

"Mmmm... Por ahí andaba el otro duplicado [de las llaves]; ahí debe de estar..."



Moraleja: NO ME DEBO DESVELAR TANTO. Luego no tengo conciencia de lo que hago y eso es equivalente a grandes palizas a mi (de por sí, a veces débil) autoestima.

8 comentarios:

[ashen lady] dijo...

oooh amigo.. pero que te puedo decir, hay personas a las que se nos da y otras a las que no... demonios!! me hubiera gustado ser una de las que no... jejejej

bueno,sabes quee? retiro lo dicho n_n
un abrazo amigo!!

marisol dijo...

Lo de los autos cerrados era cosa de todos los días para los cibernéticos en época proyectos y desvele.

Varios éramos clientes frecuentes de los guardias del cetys ^_^

Marcos Legaspi dijo...

por eso es bueno siempre buscar en donde menos creer... ¿quien creería que estaria en tu portafolio?

todos!

52X Max dijo...

una palabra para tener en cuenta:

Biometrix

o el ekivalente de la competencia

o algun generico

bueno, la idea es esa

Kamelie dijo...

No no no no noooo...!
¡Esto es epidemia!

Algo parecido me sucedió, lo posteé recién.

So sorry.

Vivia dijo...

A mi siempre se me pierde algo... no he perdido la cabeza poruqe la traigo pegada al cuerpo.. si no... uyy.. yo soy igual de despistada sin desvelar.. o desvelada.. NO TENGO REMEDIO.!!!

Fernando Hurtado dijo...

el dia que te vi en el walmart estaba yo en el estacionamiento tratando de abrir mi carro, por que se quedaron las llaves adentro jajaj

Jesus Alberto Ortega dijo...

Amigo como que perdio las llaves??? jajajaja Suele suceder! le mando un gran saludos desde tierras ensenadenses a donde me movi hace 4 meses. Cuidese y estamos en contacto Super Genius!