Desde que me levanté y vi el día nublado y la casa para mí, dije: "Uta, qué chilo", y lo dije de corazón.
Pocas cosas me gustan más que los días así, nublados, frescos, tal vez con algo de brisa.
Hoy comí con el Sr. Telepedro y aunque fue algo, digamos, de negocios, la verdad es que también fue un momento disfrutable - eso sin contar que tenía ya rato que tenía ganas de ir al Super Sandwich ("el único restaurant chino que no vende comida china") y engullirme un combo de sandwich y spaghetti. (Qué ironía, comer comida inglesa e italiana en un restaurante chino... eso sí, a la mexicana.)
En la tarde, oh sorpresa, pude concentrarme; ya casi eran las 6 y las nubes volvieron a mostrar su color marrón de "no puedo aguantarlo más, tengo que soltar la lluvia". Una hora más, cuando salí, estaba lloviendo, y no pude dejar de sonreír.
En toda la semana no me había podido concentrar en mi casa para trabajar, así que, por ese motivo y por la lluvia, vine al Café Sanborn's. Aquí estoy, a solas, con un café de la casa; acaba de haber un apagón momentáneo y mi compu ni se inmutó... y afuera, lluvia, hermosa lluvia, reviviéndolo todo, refrescando el espíritu, lavando las calles, los carros y las cabezas de los transeúntes... refresco celestial, gratuito, no potable pero sí lleno de vida.
(Cuando se les ocurra resetear el router subo este post. =P)
Pocas cosas me gustan más que los días así, nublados, frescos, tal vez con algo de brisa.
Hoy comí con el Sr. Telepedro y aunque fue algo, digamos, de negocios, la verdad es que también fue un momento disfrutable - eso sin contar que tenía ya rato que tenía ganas de ir al Super Sandwich ("el único restaurant chino que no vende comida china") y engullirme un combo de sandwich y spaghetti. (Qué ironía, comer comida inglesa e italiana en un restaurante chino... eso sí, a la mexicana.)
En la tarde, oh sorpresa, pude concentrarme; ya casi eran las 6 y las nubes volvieron a mostrar su color marrón de "no puedo aguantarlo más, tengo que soltar la lluvia". Una hora más, cuando salí, estaba lloviendo, y no pude dejar de sonreír.
En toda la semana no me había podido concentrar en mi casa para trabajar, así que, por ese motivo y por la lluvia, vine al Café Sanborn's. Aquí estoy, a solas, con un café de la casa; acaba de haber un apagón momentáneo y mi compu ni se inmutó... y afuera, lluvia, hermosa lluvia, reviviéndolo todo, refrescando el espíritu, lavando las calles, los carros y las cabezas de los transeúntes... refresco celestial, gratuito, no potable pero sí lleno de vida.
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