2 nov 2011

Balacera.

Ayer, mientras trabajaba, la gente de mi oficina de repente se agolpó en la ventana. Pasaban carros patrulla en cantidad. La circulación fue bloqueada. Y pasó esto.

Nuestro jefe estaba en un piso más bajo y subió rápidamente cuando notó los impactos de bala penetrando el piso en el que él estaba. Nosotros estamos en el 8, lo cual prácticamente nos garantizaba que no habría balas perdidas, dado que los delicuentes y los policías estaban justo al pie del edificio. Aún así fuimos instruidos a permanecer lejos de las ventanas. (Esto es, alejados de tres de las cuatro paredes externas, que son meramente vidrio.)

Estábamos algunos en el piso, sentados o acostados, tratando de trabajar y controlar los nervios; otros, aún paseando y asomándose, en desafío a las estadísticas; otros más, en pleno despliegue de su estrés. Hubo quien se emocionó con "la acción". En eso se escuchó una ráfaga, muy clara, en la calle de junto.

Rato más tarde, la gente se volvía a asomar. "Ya agarraron a uno", decía un compañero. Vimos un carro siendo llevado en grúa; los narcos habían arremetido contra él. Una pareja hablaba con los guardianes del orden, visiblemente perturbados. Para entonces, los elevadores habían sido detenidos y las escaleras bloqueadas, como medida de seguridad.

Pasó aún un buen rato antes de que el operativo terminara y pudiéramos salir. Aún hoy en la mañana había soldados apostados cerca de Torrelit. El edificio terminó con un par de ventanas rotas. Hasta donde sé, ninguno de los ocupantes salió perjudicado, gracias a Dios.

Esta fue una breve y obligatoria crónica que no me gustaría tener que repetir.

2 comentarios:

Unknown dijo...

:(

Anónimo dijo...

Fer.. que miedo =S lo primero que se me vino a la mente al leer tu blog fue decirte que te regresaras!! =S pero pues aca las cosas no son mejores =S cuidate mucho.... te mando un abrazo!!

Rebeca S.