30 oct 2011

Una generación creativa

Vivimos en una generación acostumbrada al cambio. Más aún, vive de él.

La constante afluencia de los diversos medios ha ocasionado una reducción de los periodos de atención, pero también propicia que podamos alimentar nuestras mentes a partir de más y más fuentes. Aún más, hoy día estamos en control de más medios de creación y difusión.

La nuestra, pues, es una generación creativa y comunicativa.

Claro que también deberíamos considerar que una "generación" como tal no es algo definido. Es un continuo, tanto como los colores y los idiomas: les ponemos nombres y les imputamos las características que nos ayudan a diferenciarlos, pero tales características no tienen inicios y finales definidos. Las citadas arriba (creatividad, comunicación, difusión...) son características que han ido apareciendo, gradual pero claramente.

Me da la impresión de que tal continuo no solo se extiende por el tiempo: incluye, o deja de incluir, a las personas por sus culturas, orígenes, educación y otras variables.

Sin embargo, es innegable que estos efectos comienzan a permear en las sociedades. Por dar un ejemplo, en muchos países desarrollados, como Estados Unidos, es hoy por hoy aceptable que a una persona adulta le gusten los videojuegos; no es (necesariamente) visto como un signo de inmadurez; esto se muestra en las artes y entretenimientos influenciados por ello: la música chiptune; podcasts, radio, programas y videos que tratan estos temas, entre otras cosas.

Por otro lado, dichos medios (considerados originalmente para niños) son, hoy por hoy, realizados también con los adultos en mente. Muchas series animadas durante esta pasada década muestran esta tendencia: si bien tienen un público infantil en mente, también logran entretener a muchos adultos. (No me refiero aquí a caricaturas hechas "para adultos", como Los Simpsons, sino a animaciones como "Billy y Mandy" donde, en el episodio de Halloween que estoy viendo, Mandy trae traje y sombrero rojo porque dice que es de la inquisición española).

Esto no es decir que se ha periddo el aprecio a los medios clásicos, a la literatura y a las demás bellas artes. Es solo que, hoy por hoy, hay mucha mayor diversidad cultural, mucha de la cual se presenta en formatos y medios no existentes sino hasta hace poco y, por lo tanto, que no han quedado aun bien establecidos como "cultura" en el colectivo intelectual. Pero su penetración es innegable, incluso en estos círculos. Quiero imaginar que veremos un futuro en el que los videojuegos serán efectivamente validados como un posible vehículo de arte, por ejemplo.

La discusión sobre la copia y la retroalimentación, así como la necesidad de volver a formular los derechos de autor, mejor la dejamos para otro día.

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