Después de la breve parada en el templo de los gatos, fuimos hacia nuestro siguiente objetivo: el templo Tooji. Lo hicimos caminando, pues no estaba muy lejos. Así pude tomar algunas fotos del escenario de la vida cotidiana en Kyoto, como los puentes casi demasiado chaparros...
...y los numerosos tableros con carteles informando a la comunidad de acontecimientos y avisos. El de los carritos pide estacionarse bien.
Aquí, cruzando la Hachijo Dori (calle 9). Por esta zona residencial no siempre hay banquetas. Me encontré también este tipo de banqueta que es más bien de pavimento - acaso para las bicicletas.
Un anuncio con el actor Takeshi Kitano.
Probablemente vendan bonsais aquí. A la derecha, un anuncio político.
Ya cerca del templo, varias casas tenían ventas de banqueta.
Montones de tiliches en venta, muchos de ellos reminiscentes de tiempos pasados.
La entrada al templo Tooji, que si bien no es de los más grandes, sí tiene un buen tamaño.
El templo fue construido en la entrada de la capital imperial, teóricamente para defenderlo de alguna manera, y data del siglo VIII. Pertenece al budismo shingon.
Probablemente las oficinas del templo.
Al fondo, la famosa pagoda de 5 pisos del templo. Una de las vistas típicas del templo budista es la pagoda, pero esta es particularmente interesante.
Dentro del templo en sí hay varios recintos, hospedando cada uno de ellos altares, servicios de omikuji, etc.
Este año, las fortunas de Hiroko y mía se invirtieron: buena suerte para ella, mala suerte para mí. >_<
Así que procedí a amarrar el papelito para no quedarme con la suerte.
Té gratis, calientito.
La base de una antigua lámpara.
El monje budista acomoda algo en la estancia donde se erigen los nombres de los benefactores del templo.
Frente al estacionamiento, ya habiendo dado la vuelta al edificio principal, encontré este pequeño apartado con varias muy interesantes esculturas budistas.
Según Hiroko, a los japoneses les gusta mucho mirar las serenas expresiones de los budas.
Salimos así de una de las secciones del templo y, en el camino a otra, encontramos varios mercaderes.
Aparentemente es una tradición mensual la de este mercado de antigüedades en los terrenos del templo.
Tanto artículos japoneses como americanos lucían en los tenderetes. Algunos quizás datarán de la Segunda Guerra.
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En el próximo post: los edificios exteriores, el jardín y la pagoda del templo Tooji.
1 comentario:
yo creo que el budismo "shingon" es el mas chilo que hay :P
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