Tras un ratito de seguir deambulando entre antigüedades y el ocasional kimono...
...comenzamos a visitar el interior del resto de los templos.
Varios de estos contienen colecciones de esculturas que además de ser antiquísimas, ayudan a explicar parte del legado cultural que el budismo le ha dejado a la cultura japonesa. Tales esculturas representan a parte del panteón de deidades que el budismo japonés "importó" desde la India por ahí de los siglos octavo y noveno.
Lamentablemente la fotografía está prohibida adentro de estos templos, así que tendremos que conformarnos con fotos de los exteriores.
La pagoda, que es la más alta de Japón, ahora está más cerca.
Más antigüedades.
No muy lejos de nosotros, la Torre de Kyoto se nos asoma entre los altos templos.
Si bien la estructura de estos edificios (llamados kondos) puede parecer sencilla, sus colosales dimensiones, no siempre fácilmente apreciables en la fotografía, hicieron de su construcción importantes desafíos.
Aquí estamos entrando en la parte "de paga" del templo, aquella que alberga el acceso a las esculturas y edificios que no funcionan como parte del templo activo en sí, sino que se conservan como legado cultural.
Aquí (y en todos lados) te dan tu billetito de entrada con una hermosa portada y, en este caso, también un folletito explicativo.
El jardín es muy hermoso, si bien no es particularmente grande, y es menos espectacular en invierno.
En el acceso a los dos grandes recintos que albergan las esculturas. En el edificio de paredes blancas a la izquierda podrán notar las puertas.
Son estas mismas puertas. Aquí quizás podrán darse mejor idea de las dimensiones de los edificios.
Las estructuras son principalmente de madera y su arquitectura es tan rigurosa para consigo mismoa como armoniosa con su ambiente.
La fotografía está prohibida dentro de estos edificios por la Ley de Protección a las Propiedades Culturales. Otras cosas prohibidas: usar fuego o fumar, usar el celular o bosquejar.
Nos dirigimos ahora a la pagoda, mientras aún hay tiempo.
Las tomas fueron algo difíciles debido que el sol pegaba con fuerza y los edificios son generalmente oscuros.
De la pagoda es visitable la planta baja. Como es de esperarse, es un recinto pequeño y oscuro. En el centro del mismo hay un gran pilar, encima y alrededor del cual se muestran diversas esculturas con figuras sagradas. Los muros y techos están completamente cubiertos de antiguas pinturas y caligrafía antigua, toda con algún significado que no hubo tiempo de descifrar. Cuántos secretos se nos van quedando en el camino, asomando solo la cabeza, esperando ser descubiertos...
En el parque, no obstante ser invierno, algunas plantas aún muestran su verdor.
El lugar también hace las veces de jardín botánico.
Aquí concluyó nuestra visita al templo To-ji. En esta página podrán encontrar más y mejores fotos que las mías, junto con algunas de las esculturas que yo no pude tomar.
Era hora de que otra de nuestras acompañantes, Satomi, tuviera que partir. El resto del grupo tomamos un taxi hacia el siguiente de los templos a visitar.
Lamentablemente, los templos de la zona oriente de la ciudad, en plena subida de la montaña, son demasiado populares en Año Nuevo, así que nos topamos con un congestionamiento.
Pude tomar algunas fotos a través del cristal del taxi. Varios templos menores aparecían de repente. La gente se aproximaba a los templos en los cerros, ya sea en carro, camión turístico, en bicicleta o caminando.
Cuando estuvimos tan cerca como el taxi pudo acercarse, decidimos bajar.
De aquí emprendimos una caminata cuesta arriba que nos pareció más larga de lo que realmente es. El cansancio comenzaba a hacer estragos (a fin de cuentas no habíamos parado desde la mañana, y ya era hora de comer).
Decidimos entrar en un lugar que ofrecía dulces tradicionales.
El típico té de bienvenida. En este lugar también pude conseguir un mapa turístico gratuito.
El lugar se especializa en té verde y mochis.
Pedí una bebida compuesta de agua carbonatada y el jugo de una especie de mandarina de fuerte sabor, muy refrescante.
Esto, por otro lado, es una bebida de té verde con una bola de helado de té verde encima.
Y esto es té verde amargo tradicional ("matcha") y un tipo de mochi característico del año nuevo.
Sopa de mochi y frijol dulce.
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En el próximo post: el templo Kiyomizu, con las estructuras de madera más grandes del mundo.
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