Mentiras blancas

Ayer fue martes, ¿verdad? Pues justamente me dio por salir temprano. Moría de sueño; he estado trabajando en cierto sitio de Flash, en el que solo iba a hacer una colaboración pequeña y luego montarlo en el servidor. Me lo mandaron apenas el fin de la semana pasada y ya urgía, por lo que me he estado desvelando (qué raro en mí =P). Por mucho que a mediodía me daba por llegar a mi casita y jetearme, fui y cumplí con mi deber de ciudadano: reportar mi visa como robada; ni modo. El trámite tardó un poco porque en el Ministerio Público (en la cárcel, frente a La Cachanilla) la impresora no servía, de modo que me remitieron a la Procuraduría, en Río Nuevo.

Um, sí. Se dice que si no reportas tu visa como robada, sino como perdida, los gringos pueden castigarte y vetarte por una cantidad de tiempo que puede ir de los tres meses a los cuatrocientos ochenta y cuatro años, dependiendo del humor de quien te atienda. De modo que... hice lo que no me gusta hacer: elaborar una mentira. No creo en las mentiras blancas... estaba nervioso. Y luego todavía se sienta un señor junto a mí a sacarme plática, y lo primero que me dice fue:

- ¿Y te robaron?
- ...ahjá. (No me hable no me hable no me hable)
- Aaaah, ¿y cómo fue?
- (...damn... ahora tendré que decidir de ya lo que le voy a decir a quien me tome la declaración...)

Total que me sirvió para pensar. De hecho, terminé no diciendo una mentira, sino la verdad: la verdad de una probabilidad. Verán, mi declaración estipula que el viernes en la mañana encontré la chapa de mi carro ligeramente forzada, pero no le di importancia. (Igual y sí lo estuvo: los viernes en la mañana, o cualquier día para tal efecto, mi mente está en automático y puedo pasar cualquier cosa por alto.) No noté ninguna pérdida - y en efecto, así fue. Pero lo que sí noté fue la ausencia de mi visa el sábado al mediodía, cuando intenté pasar. Mi lógica conclusión fue que: mi visa se quedó la semana anterior en el carro, el viernes en la noche abrieron el carro y se la llevaron (siendo lo único de valor que había)... y el sábado obviamente ya no la tenía. Esta fue mi declaración y, siendo que a fin de cuentas es una verdadera posibilidad, creo que no caigo en perjurio.

Total, regresé a casa, con todo el sueño del mundo. Cuando vengo a la oficina a trabajar, resulta que aquel sitio en el que chambeaba se volvió urgente - literalmente para *ya*, y encima me faltaban archivos. Todo se complicó de repente: los archivos no cargaban como debían, el servidor estaba lentísimo, los scripts no daban resultados consistentes (siguen sin darlos)... a las 6:00 am, sin embargo, subí el sitio.

Me desperté a mediodía, con una de esas sensaciones extrañas, cuando uno está entre cansado y descansado... es decir, cuando ya tu mente te hace que te levantes, aún sabiendo que quisiera estar durmiendo. No comprende uno a su mente y entonces todo tiene un sabor... raro; todo pasa lento - y uno piensa lento. A las 2:00 pm mi mente seguía pensando que eran como las 10 de la mañana, y tan campante en mi compu.

No he trabajado mucho, tampoco. Muchas veces me cuesta trabajo acumular el nivel de stress adecuado para trabajar con eficiencia. Y no es que no traiga pendientes... al menos hoy no ha sido improductivo: aproveché e hice mi investigación para sacar adelante la cotización de un sitio que traía atrasado. Ahorita precisamente comencé a hacer la de otro, ahorita que parece que ya ando un poquito más agudizado. Bueno, no es un sitio, sino la compra e instalación de un adaptador wireless en una PC. Es para mi contador; como no recordaba el nombre del despacho, busqué su tarjeta en mi cartera.

Y ahí, detrás de la tarjeta de mi contador, ahí estuvo todo este tiempo mi visa.

La versión oficial de este hecho, la que le contaré a mis padres, es que la encontré en la oficina,
en un lugar que no se me había ocurrido buscar.

Lo cual, técnicamente, es cierto.