25 de diciembre de 2010. Como las 11:30 am.
Mi novia Hiroko, nuestras anfitrionas Satomi y Minori, y un servidor hemos caminado desde el hotel hasta la cercana área de Akihabara.
Mi novia Hiroko, nuestras anfitrionas Satomi y Minori, y un servidor hemos caminado desde el hotel hasta la cercana área de Akihabara.
Tras pasar un puente y luego por debajo de la línea del tren JR, el ruido de la ciudad se vuelve mucho más intenso. El sol apenas aminora levemente el frío del ambiente. Pero Akihabara (秋葉原) no sufre letargos; su vitalidad brilla con fuerza dentro de la relativamente apacible urbe.
Apenas cruzamos la calle, comienzan a escucharse los anunciantes de ofertas y las canciones de ritmos elevados y cantantes agudas y azucaradas. Decidimos entrar a la tienda roja que se muestra en la foto, llamada "Mulan" - una de tantas que sirven al público otaku. (La tienda Laox, en azul y a la izquierda, es de electrónicos.)
Me informan que por regla general, no se permite tomar foto a los productos...
...pero si no hay mucha vigilancia, de repente se pueden lograr buenas fotos.
El lugar consta de varios pisos, pero solo recorrimos el primero; aquí encontramos ánime nuevo y viejo, revistas de idols, figuras coleccionables de diversos tamaños, CDs y DVDs de diversos géneros... incluyendo importaciones de Estados Unidos. En un póster, Mio (de K-On!) proclamaba una promoción de año nuevo.
A la salida, una especie de Son-Gokú anunciaba más descuentos.
Por esta misma calle encontramos algunos locales con electrónicos varios. Mientras las muchachas analizaban algunos traductores electrónicos, yo afiné mi puntería para tomar desde lejos esta toma de las míticas maids que pueblan Akihabara. Se les ve por todos lados por las calles principales, repartiendo panfletos con voces aniñadas y carácter que al menos aparenta ser en extremo servicial.
Paseando por Chuo-dori, la calle principal, pasamos por un restaurante que anunciaba su menú como suelen hacerlo muchos locales japoneses: con réplicas de sus platillos. Este lugar era de panes y pasteles... a que no se les ocurrió nunca presentar un pan blanco como pastel de cumpleaños.
"Basu de hanito" = priceless.
Desde la estación del tren JR de Akihabara hasta la estación Suehirocho, la calle Chuo-dori está flanqueada por negocios de electrónicos y entretenimiento. Este, en particular, está dedicado a los turistas extranjeros: vende artículos con voltajes de otras regiones.
Pasamos frente a Toranoana. Esta es otra de las tantas cadenas de tiendas que son centro de peregrinación para todo otaku.
Uno de los carteles anuncia el DVD de "La desaparición de Haruhi Suzumiya".
También pasamos frente a Animate.
Junto a estas dos tiendas se encuentra algo muy particular: un teatro donde, todos los días, se presenta *el* grupo de moda del momento, en lo que a grupos femeninos se refiere: AKB48. Este impresionante proyecto musical consta de 48 muchachas, divididas en tres subgrupos y con varias "ramas" de artistas - algunas aspirantes, otras graduadas, otras en otras ciudades.
El nombre del grupo viene de la abreviatura de Akihabara, "Akiba". Afuera del local, una fila de fanáticos hacía fila y, al mismo tiempo, intercambiaba con frenesí fotos coleccionables de las integrantes.
El frente del edificio que hospeda, entre otras cosas, el teatro de AKB48.
Las grandes cadenas y tiendas para otakus alternan con las tiendas tradicionales de distribución de aparatos eléctricos y electrónicos. Después de la 2a. Guerra Mundial, Akihabara se convirtió en un importante centro de distribución de estos artículos; eran estas pequeñas tiendas las que dominaban el panorama. Hoy por hoy, todavía se pueden encontrar muchas curiosidades en su interior.
Encontramos unas curiosas máquinas expendedoras.
El contenido: tres sobres de arroz instantáneo por mil yenes. Vaya, las comidas de un día.
No puedes tomar fotos a una maid directamente; los japoneses son muy conscientes de la privacidad de su imagen. Así que hay que hacerlo a escondidas y a la sorda.
Uno de tantos servicios proporcionados por maids: masajes. También encontramos casinos maid.
No pregunten.
Cerca de estos negocios encontramos un lugar muy interesante: una tienda exclusivamente dedicada a vender gashapon.
Hiroko fue quien tomó esta foto; huelga decir que yo no me habría atrevido a ello. Cerca de donde estábamos, un par de policías interrogaban (o hablaban respetuosamente) con algún transeúnte.
El diseño de la banqueta en Chuo-dori recuerda los orígenes de la prosperidad del barrio.
A la derecha, "Taito Station" es un arcade de la casa productora Taito. Curiosamente, en Japón, muchas de las empresas que en Occidente se conocen por sus videojuegos suelen tener salones como éstos; me tocó ver para Konami y para Atlus también (aunque no en este día).
Acto seguido, fuimos a un café maid (meido kissa en japonés). Las fotos estaban severamente restringidas, pero nos dejaron tomarle fotos a los dibujos que las mismas maids nos hicieron en nuestros omelettes de arroz (omuraisu).
Este es Anpanman, la moda entre los niños pequeños japoneses.
Yo reté a la maid: cuando me preguntó qué quería que me dibujara, yo le pedí a Hatsune Miku. Para mi sorpresa... le salió bastante bien.
Parte del chiste del café maid es que te sientas como en casa. El lugar tenía una atmósfera que se sentía en parte como un café mexicano y en parte como la sala de una casa moderna. Eran tres las maids que atendían; ese día, por ser 25 de diciembre, traían vestidos navideños.
Con todo, para mí, no saber japonés fue una limitante - tuve que limitarme a asentir y a pedir auxilio a mis intérpretes.
El lugar estaba relativamente vacío. Además de nuestro grupo de cuatro, habían dos muchachos (cada uno por su cuenta) que cumplían con el estereotipo de otaku japonés: solos, en mala forma, sin mucho estilo, con grandes chamarras (sí, como la mía, y qué). Alguno de ellos pidió, en cierto momento, la "bebida especial" de una de las maids: hubo gran fanfarria, aplausos y subieron el volumen de la música... Evidentemente, no es barato sentirse querido, aunque sea artificialmente.
Minori pidió pasta. Estaba buena - y los omelettes también.
Me costó trabajo tener corazón para deshacer el dibujo.
Al final, y como parte del servicio, las maids se tomaron foto con nosotros, una Polaroid, que luego decoraron. (Luego postearé la foto de esta foto. :P)
Ya comidos y nuestra experiencia "moe", regresamos a las calles. El día avanzaba con rapidez y había otros objetivos por cumplir.
Recorrimos de nuevo Chuo-dori hacia el sur y luego torcimos por este andador para llegar a la estación de JR de Akihabara.
Tras tomarnos esta foto, pasamos por el pasillo del fondo; tras él tomé la foto con la que comienza este post.
Como ya había escrito, todas las estaciones de JR incluyen algún tipo de centro comercial. Aquí aprovechamos y fuimos a un par de tiendas: Muji, una tienda con la filosofía de diseño funcional de Ikea (aunque en colores sobrios) y Uniqlo, una famosa cadena de ropa de calidad y sorprendentemente barata. Más tarde tomaríamos el tren a la isla de Odaiba.
Tips útiles:
- Los artículos de moda son fáciles de conseguir, pero duran poco en los estantes. Si buscas algo que ya no está de moda, tendrás que batallar un poco.
- En las tiendas, tomar fotos de "el ambiente en general" puede ser aceptable, pero cuidado con los letreros de "no tomar foto aquí". El personal es amable, pero las reglas en Japón son estrictas.
- Si deseas vivir la experiencia del café maid, aguas con los precios, que pueden ser elevados.
- Como en todos lados, mucha gente no habla inglés. Sin embargo, las tiendas más grandes pueden contar con personal bilingüe. De igual manera, algunos maid cafés tienen personal que habla inglés. (Si no hablas inglés... ahí sí estás en un problema. ^_^;)
- De ser posible, utiliza los cupones de descuento japoneses - te pueden ahorrar mucho dinero, si los sabes usar. (Después postearé más al respecto de esto.)
1 comentario:
waaaaaaaaaaa akihabaraaaa!!! *.*
estan bien chilas las fotos Fer :D Felicidades por Navidad y Año nuevo.. que se la sigan pasando muuy bien n.n muchas gracias por las fotos!!! sigue tomando mas!! Saludos :D
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