Acabo de descubrir que otro de mis grandes defectos es estresarme cuando tengo un proyecto bajo mi responsabilidad, tengo pendientes qué entregar, pero no depende de mí hacerlos... ¿falta de confianza en mis colaboradores? No, puedo asegurarles que les confío bastante. Pero... um... ok, tal vez sí me haga falta confiar más. Me retracto. Estoy calmado ahora: no sé de qué tengo nervios. I shouldn't be such a control freak sometimes.
Por otro lado: el carro café de mi papá, el Toyota Camry que es automático, no suelta humo, tiene radio y refri y además sí se le baja la ventana del copiloto, está de nuevo en casa. Lo descubrí ayer cuando salía en pos de las Fiestas del Sol: ahí estaba, en su cochera, como si nunca se hubiera movido. Pero, tras de meses con el mecánico, tengo el presentimiento de que su vida no será igual: y he aquí que, hoy en la mañana, su arranque fue dificultoso. "Le hace falta asentarse al motor", dice mi padre. Eso, o es la manera de no afrontar que $18000 pesos bien pudieron haberse gastado en otro carro. ^_^
Otra razón para sentirme de repente nervioso la encuentro todos los días. Estos no son nervios de stress: más bien son unos nervios... bonitos. Pero no diré más.
Curiosamente, mi tarea de esta semana del Taller de Oración y Vida es... no sentirme nervioso.
1 comentario:
"Estos no son nervios de stress: más bien son unos nervios... bonitos. Pero no diré más."
OBVIO! se trata de una MORRA! ihuu!!!
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