El corazón bombeaba fuerte. Las lágrimas rodaban por las mejillas: sabía que tenía que ocurrir, pero aún así sus ansias de niño llamaban a su madre. La educadora le regaló palabras dulces (que, sin embargo, no lograron ser buen sustituto) mientras lo llevaba con suavidad y firmeza al salón. Era 1984.
Los salones eran grandes y los patios, inmensos. Una gran estructura de muchos lados y muchos cristales llamaba su atención. Más tarde podría bailar ahí dentro, en algún festival.
En los recreos, tenía tanto miedo de las hormigas como de la interacción con otros niños. Su sandwich venía envuelto en servilletas de cocina y éstas, a su vez, en un recipiente blanco marca Tupperware. Lo consumía sentado, a veces viendo a los patios del Ferrocarril Sonora Baja California, mientras hacía caminitos de tierra.
El libro era demasiado fácil. Socializar, demasiado difícil.
Al mediodía llegaba papi del trabajo para comer y se volvía a ir; regresará hasta la tarde de su segundo turno. Cuando llegaban los hermanos, los queridos hermanos, a veces iba y los "molestaba" con su presencia, y éllos respondían con cosquillas, preguntas o, si realmente estaban ocupados, indiferencia y un "vete a jugar a otro lado". Y era regresar con mami a su cobijo protector, o simplemente abrir nuevamente aquel tomo de la enciclopedia roja, buscando y analizando los mapas de los países. "Es muy inteligente", decían. "A ver, ¿cuál es la capital de Suecia?" "Estocolmo", respondía.
Se desesperó tantas veces por no ser mayor, por tener tantas limitaciones... deseaba no ser tan especial y único; ahí se está muy solo.
2 comentarios:
no es S'Genious el protagsnita de esa historia o si?
allí se está muy solo...
comprendo, y lo sabes. es historia conocida... es triste, pero finalmente somos ahora la suma de lo que vivimos, así que no debió ser tan malo, aunque doliera mucho, como tú, yo y algunos cuantos más sabemos.
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