Hiroko y yo nos la hemos pasado en estado de letargo el día de hoy. Resulta que desvelarse dos días seguidos tiene un efecto mucho mayor sobre nosotros.
Hiroko compró algunas vitaminas que le ayudarán, con suerte, a tener algo de más vitalidad. Por mi parte, yo estoy un tanto cansado también, y quizás la gripa latente estará tomando ventaja de ello. Pero al menos comimos helado y encontramos a una buena amiga trabajando en un nuevo local del centro comercial cercano. Además, ya fui a misa y ahora estoy tomándome una pausa de mi estudio de japonés.
Quiero hacer lo posible por escribir tanto como pueda. No recuerdo quién dijo que, para escribir bien, hay que escribir mucho, sin cesar. Así que veremos qué pasa.
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