Lunes. Todo normal; el fin de semana anterior había sido agitado y divertido, pues fui (después de 10 años) a un Vivac del Movimiento de Brigadas (un mini-retiro) y saliendo de ahí fui a misa y a cenar con algunos amigos. El lunes hubo algo de movimiento, pero nada fuera de lo común. En la noche comenzó a dolerme la garganta de forma notoria: "bleh, gripa de verano, y parece que viene fuerte... guácala", pensé, y me dormí.
Martes. A las 4 am me despertó el dolor de garganta, tan exagerado que pensé que a lo mejor era resultado de alguna nueva alergia por comida. Cuando me levanté, ya me sentía algo débil, pero ese día tenía compromisos ineludibles en mi trabajo.
Aguanté una entrevista de dos horas con debilidad y fiebre. Tras un ataque de diarrea, comí mi lonche con náusea y reposé un poco, solo para darme cuenta de que no aguantaría mucho más... mis compromisos ineludibles, al final, no podrían contar con mi presencia. Me fui dejándole la chamba a Jorge; el camino a casa me pareció eterno y el calor lo sentía como si nunca más fuera a sentir calor. Llegando a casa volví el estómago... ah caray, esto ya no es gripa.
Unas (horribles) horas más tarde estaba ya en el consultorio del doctor; mis papás me llevaron, yo no me sentía como para manejar, ya había vomitado bilis incluso. El doctor notó que mi cuadro era seguramente bacteriano y hasta que no llegué a casa y pasó media hora tras las inyecciones recetadas, no comencé a sentir algo de alivio. Mi fiebre había sido de 38 grados; mis arcadas, frecuentes... no se lo deseo a nadie.
Miércoles. Temprano, mi papá me lleva a análisis; me siento un poco mejor pero aún bastante débil. Todo el día estuve postrado en cama hasta que, en la tarde, fuimos de nuevo a consulta. El doctor rechaza la hipótesis más oscura (hepatitis) y declara preso de una
infección de salmonella typhi. (¿Dónde la pude haber pescado?)
Este día mi mamá decide comentarle al doctor, aprovechando el viaje, que lleva algunos días con problemas estomacales. El doctor, viejo amigo de la familia, decide no cobrarnos dos consultas y solo le recomienda a mi mamá que tome el mismo antibiótico que yo.
Con mis actuales fuerzas, estimo que tal vez podría regresar el jueves al trabajo... pero el doctor se interpone antes que pueda decir nada: "el estrés baja las defensas y necesitas descansar", lo cual me hace acreedor a una semana de incapacidad.
En la tarde prendí la laptop y me informé sobre
mi bicho residente. Desde entonces se me quedó grabada su forma capsular con pequeños pólipos, casi como
las arañas rojas de xkcd.
También me informé de que debo lavarme las manos exageradamente bien y no tocar nada que se refiera a comida (excepto a la mía), para evitar contagios. La
salmonella no se transmite por los besos, ni por otros tipos de contacto social, excepto el sexual, aparentemente.
Jueves. Comienzo a recobrar formalmente mis fuerzas. También comienzo a hacerme más a la idea de descansar simplemente, aún y cuando me sienta con ganas de ponerme activo. Como tal, me quedo en cama casi todo el día; me sigo levantando solo para lo indispensable; mi laptop y largas sesiones de ánime me mantienen entretenido.
Mi mamá, sin embargo, es quien comienza a empeorar, culpa de una infección oportunista de gripa... se queja de tener los oídos tapados, incluso. Aún así nos hace de comer; siento que mi papá debería colaborar más... pero no creo tener la fuerza moral para decir algo en este momento.
Hoy terminé de ver
FLCL; realmente la recomiendo. Comienzo a engranarme en
Getsumen to Heiki Mina, el ánime que originalmente era una meta-historia dentro de
Densha Otoko, pero la lentitud de carga del capítulo 3 en Youtube hace que descubra y me engrane con
Chocotto Sister. He llegado a la conclusión: muchas comedias románticas
ecchi en realidad son historias muy, muy tiernas.
Viernes. Muy parecido al jueves. Me metí al messenger para ver si había urgencias en
Ingenio y no hubo, bendito Dios (o no me las transmitieron). Terminé Chocotto Sister; sus referencias japonesas me hicieron pensar mucho en mi amiga japonesa, Hiroko, que vive en
Okayama, y comencé a documentarme sobre ese lugar. Algún día me gustaría estar un bueeen tiempo allá y explorarlo a fondo. También descubrí que hay iglesias católicas en todas las ciudades grandes en Japón... pero casi no hay misas en inglés - y solo hay dos que tres en español.
Sábado. El lunes regresaré a trabajar y últimamente, estar tanto tiempo acostado con la compu, paradójicamente, me hace desvelarme, así que dormito hasta tarde... dormito, porque inequívocamente despierto a las 9 am. Mi mamá se queja cada vez más y yo sigo sintiéndome un inútil porque no me atrevo a servir la comida o lavar los trastes. Eso sí, la noche anterior saqué la basura y he estado poniendo agua en el filtro. Como sea, ha sido buena idea mi reclusión.
Estoy de buenos ánimos, a pesar de que solo he estado comiendo comidas hervidas o asadas. Los panes y galletas comienzan a resultar una tentación. Paciencia; aún falta una semana y cacho de dieta...
Los planes para ir al
Comic-con finalmente cuajan; mi papá me prestó su tarjeta de crédito para pagar las entradas del viernes. Mi otaku interno es feliz; mi cartera, no tanto.
Me volví a desvelar. Bleh.
Domingo. No quise salir a misa. Quizás tengo las fuerzas para hacerlo, pero ¿para qué forzarme? Ya mañana atacaré a la vida de nuevo, enfrentándome a los retos de todos los días.
Hoy estuve un poco más activo, aunque sigo comiendo ligero y ciertamente he estado mucho tiempo sentado (más que acostado). Un ánime muy ligero,
El dulce hogar de Chi, me capturó; también comencé a ver los breves capítulos de
Battle Programmer SHIRASE (y no sé si lo seguiré viendo), así como mi nueva y surrealista afición,
Jungle wa Itsumo Hale nochi Guu, que rifa con ganas.
En la cena me atreví a comer medio pan tostado y no me ha caído mal. También me prometí a mí mismo acostarme temprano, por lo que postear esto - y con esto retomar la actividad del blog - es mi última actividad del día.
Gracias a todos mis amigos que se enteraron y estuvieron al pendiente. ^_^ Buenas noches.